En los países donde quedan relativamente pocas áreas naturales o semi-naturales, las áreas que se reservan para el ejercicio recreativo proporcionan una oportunidad para beneficiar a la naturaleza. Las rutas para caminar, correr, montar en bicicleta y montar a caballo son potenciales corredores para la fauna silvestre, mientras que las áreas más grandes pueden mantener las poblaciones de especies que de otra forma no podrían sobrevivir a nivel local.

Los campos de golf pueden ofrecer algunos hábitat semi-naturales útiles

Los campos de golf ofrecen la oportunidad perfecta para proporcionar hábitats seminaturales. La buena gestión de los paisajes puede resultar en agradables vistas, así como en una exigente mayor habilidad al jugar. Las zonas agrestes pueden llegar a ser muy ricas en vegetación natural si se siegan o pastorean con conocimiento. Los bunkers de arena pueden proporcionar un hábitat de cría para algunos reptiles e invertebrados, mientras que las características del agua los convierten en pequeños ecosistemas acuáticos. Incluso las zonas cercanas al segado puede proporcionar una buena alimentación para algunas especies de aves.

La Audubon Society, con sede en los Estados Unidos, tiene un Programa de Santuarios de Cooperación para campos de golf y lo ha extendido a Europa. En Portugal, un buen ejemplo es el campo de Dunas Oltavos, donde la creación de agua estancada y la restauración de especies vegetales en peligro después de la eliminación de especies exóticas han sido importantes. Un nuevo candidato para la certificación es un proyecto en la antigua Casa de Bragança fincas: la Herdade de Roncão d´el-Rei tiene un fuerte compromiso con los impactos positivos en la naturaleza local y con la creación de empleo.